Dentro de los bailes de romería que fueron utilizados, a partir del siglo XVIII, hay dos que tienen una particular importancia, ya que no podían faltar en ninguna romería: la jota y la porrusalda.
Estos bailes, en uso a principios del siglo XX, de transmisión por aprendizaje directo en las romerías, fueron estilizados y transformados por los grupos de danzas de la postguerra para sus espectáculos.
El grupo de danzas Andra Mari recogió, a partir del testimonio de los mayores de Arratia, diversos pasos de jota y porrusalda que se realizaban en el valle de Arratia, en Bizkaia.
La danza llamada joтa de arraтιa es un conjunto de estos dos bailables: jota y porrusalda, que conserva el estilo de ejecución de principios de siglo XX.
No se conoce con exactitud el origen de la jota y porrusalda. Según algunos expertos estas danzas podrían provenir de los países árabes, inducidos probablemente por la importancia que el movimiento de los brazos tiene en estos bailes, y fueron extendiendo su influencia, primero por el Sur, luego hacia Occidente ascendiendo al Norte
para llegar al extremo Peninsular y recular hacia el Oriente. Teniendo en cuenta lo indicado por Iztueta en el siglo XVIII estos bailes no gustaban mucho en la época por ser bailes de introducción tardía y poco autóctonos, o incluso de menor categoría.
Las evidencias escritas más antiguas indican que ya en el primer tercio del siglo XIX funcionaban en Euskal Herria músicas que se corresponden con la jota. Algunos autores más aventurados destacan que estos bailes no penetraron en Euskal Herria antes del siglo XVI o XVII y que el origen vasco de estos se sitúa en Bizkaia sobre los siglos XVII y XVIII, a partir de los cuales se irían extendiendo hacia Oriente, Gipuzkoa e Iparralde respectivamente, bien entrado el siglo XIX en este último caso.
Existen muchas teorías respecto al origen y la difusión de estas danzas, pero lo que si se puede afirmar que su introducción es bastante tardía en el corpus de la danza vasca, en comparación con otras danzas de mucha mayor tradición, siendo su asimilación bastante reciente, aunque muy exitosa.
COREOGRAFÍA
Tanto la jota como la porrusalda son danzas sociales mixtas, es decir bailadas por chicos y chicas conjuntamente, que se han ejecutado tanto al finalizar los rituales, como en fechas aleatorias, de modo independiente. Son bailes populares, que normalmente iban acompañados por coplas cantadas.
En cuanto a la coreografía hay que destacar que en el caso de la jota de Arratia, se baila por parejas, bailando los chicos y las chicas enfrentados. Son danzas de romería colocándose las parejas distribuidas en toda la plaza.
Es preciso comentar que, aunque en la actualidad se realiza una sucesión de pasos definida, en su origen los pasos a ejecutar serían probablemente muy diferentes entre sí, en función de la capacidad de aprendizaje de cada uno y servirían, sin duda, para que más de uno diera pruebas de su habilidad delante de su pareja.
Además, la parte denominada Kopla, cante, baltseo o agarrado lo era porque se ejecutaba “a lo agarrado”, en forma de vals, lo que hizo levantar airadas protestas al clero, llegándose a prohibir el agarrado en tiempos de J. A. Primo de Rivera, y a denominar al “soinu txikerra” o acordeón de trikitixa como “Infernuko Auspoa”.
VESTIMENTA

Con la vestimenta sucede algo similar a la música, ya que al ser unas danzas de romería, se pueden emplear distintos tipos de trajes.
El vestuario empleado para estas danzas es el empleado en Bizkaia por el año 1900 sacado de fotografías y grabados con la ayuda del departamento de vestuario de Museo Etnográfico de Bilbao.
MUSICA
La Jota es una melodía de ritmo ternario, con alternancia de tres partes diferenciadas: dos “tartekos” que, según algunos, eran de características diferentes entre ellos, tanto en la música como en la forma de bailes, aunque esta diferenciación no ha llegado hasta nuestros días, y una tercera parte, denominada “kopla”, “cante”, “baltseo”, “Agarrado”, de duración superior a los tartekos, y que se ejecutaba con un ritmo más lento, que daba pie a bailarlo “a lo agarrado”, y también a que esta parte fuera cantada, utilizando para ello una cuarteta octosílaba o “copla”.
La Porrusalda es una melodía de ritmo ternario, que también presenta la alternancia de tres partes, dos “tartekos” y una “kopla”, de igual forma que en la jota. En este caso, los versos que se cantan presentan la forma de “seguidilla”.
Existen otros dos bailes de romería, el fandango vasco u orripeko, y el arin-arin, que hoy día se confunden generalmente con la jota y la porrusalda, que presentan un ritmo más vivo, y carecen de kopla o parte cantada.
Siendo unas danzas de romería, pueden ser ejecutados con cualquier música. Por esta misma razón, se pueden emplear distintos tipos de instrumentos, como el txistu y el tamboril, la dultzaina y el tambor o la alboka o la trikitixa y el pandero.
BIBLIOGRAFIA- Gaiteros de Iruña; Apuntes a favor de la jota; Dantzariak vol. 18; Euskal Dantzarien BIltzarra; 1981.
- Aranburu Urtasun, Mikel; Danzas y bailes de Navarra; Gobierno de Navarra, Departamento de Presidencia, Justicia e Interior; 2000.
- Santamaría, Javier; Jota zer den badakigu?; Dantzariak vol. 51; Euskal Dantzarien BIltzarra; 1994.
- Irigoien, Iñaki; Danzas vascas en las escuelas; Euskal Dantzarien Biltzarra, Bizkaiko Ordezkaritza; 1989.
- www.dantzak.com: web dedicada a la danza tradicional de Bizkaia y Gipuzkoa a cargo de Elai-Alai Dantza Taldea, Elai-Alai Fundazioa; Ikerfolk, Haritz Dantza Taldea y las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa.