2007/03/04

вaѕerrιa

El caserío es la casa rural del país vasco.



Se considera caserío a la unidad de explotación agrícolo-ganadera con la vivienda. Como unidad de población dispersa, lejano de los núcleos urbanos. "Baserritar" es el casero, mientras que "kaletar", es el hombre de la ciudad. El corral es de localización urbana y contigua a las casas ya que el caserío suele añadir a la construcción principal anexos especiales para tales fines. Caro Baroja sintetiza su función agraria: establos para las vacas, pocilgas para los cerdos, lugar para las gallinas y otros animales domésticos, espacios para depositar y reparar los aperos de labranza, prensas para hacer sidra, graneros y almacenes para la cosecha en general (maíz, alubias, nabo, trigo, lino, habas, etc.) El animal de tiro empleado es el buey. La extensión de tierras cultivadas en los caseríos de la vertiente cantábrica es de cuatro a seis hectáreas y mayor en Zuberoa, Araba y centro de Nafarroa. Los habitantes típicos del caserío son una persona mayor, viuda o viudo del antiguo dueño, la amama o el aitona, un mutilzarra (muchacho viejo o solterón), la pareja de los actuales caseros y sus hijos. Cada uno de ellos colabora en el trabajo familiar, de acuerdo a su edad. Por las características propias del caserío, existe la limitación del espacio físico, para que este sea rentable. Esto obligó a que el caserío sólo pudiese ser transmitido en herencia a uno solo de los descendientes. El basetxe, nombre en euskera que se le da al caserío, en cuanto construcción material, en un principio fue de madera y posteriormente fue haciéndose de materiales más durables, con piedra en la parte inferior y madera en el primer piso. Más tarde, la madera se reemplazó con un entramado relleno con mampostería o ladrillos. Finalmente fueron enteramente de piedra. Este tipo de explotación vasco, no se encuentra en otras regiones de España.

No hay comentarios.: