la вoιna y loѕ vaѕcoѕ
En el Diccionario Auñamendi, se la define como una gorra sin visera, redonda y achatada, de lana y de una sola pieza. Pocas veces una vestimenta tan sencilla ha marcado tanto la fisonomía de un pueblo. Con orígenes aún discutidos, su uso comenzó a generalizarse a partir de las Guerras Carlistas. Desde entonces, todo el proceso de uniformización de la sociedad vasca, en cuanto al uso de la boina, fue imparable hasta el estallido de la Guerra Civil y los nuevos gustos impuestos en la posguerra.
Unamuno la definía como una prenda niveladora, al ser más cómoda y más barata pasó a convertirse en una prenda típica y, en cierto modo, tradicional del vasco.
Su propio nombre suscita polémica:
A pesar de que hoy no distingamos entre ambos términos, la boina no es una txapela, ya que este segundo vocablo significa sombrero. Por lo tanto, la boina es una txapela en cuanto cubre cabezas, pero no toda txapela es boina. El término txapela solo se utiliza en Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra meridional, mientras que en la vertiente septentrional Navarra se la llama boneta. A pesar de esto, la realidad tiende a ser más práctica, por lo que muchos, denominan a la boina como gorro vasco. Clara mención más a la identificación de los usuarios de esta prenda que a los orígenes de la misma.
* Surgimiento de la boina: las teorías son de lo más dispares, la teoría tradicional, nos remite a su origen pirenaico. Algunos apuntan a los labradores bearneses como los primeros en utilizarla y que se generalizó por la vertiente norte de los Pirineos, para pasar por el Bidasoa a Guipúzcoa. Desde el siglo XV, son constantes las noticias de sombreros usados por los vascos que hacen recordarnos a la boina y que los labradores en los días de trabajo llevaban monteras de paño negro. Así también, en pleno siglo XIX, al retratar a un aldeano de Munguía se lo describía con boina encarnada.
Muchas similitudes se han querido encontrar entre la boina vasca y otros tocados, sin embargo, en comparación, la boina era chata, ancha, sin visera y con la sección vertical que la circunda doblada hacia adentro, jamás hacia fuera. Y como rasgo de identificación, la boina lleva siempre en el centro una rabito o txertena.
* Su uso denotaba el origen de quien la llevaba.
El vasco apenas introduce la boina en su cabeza. Según la buena maña del usuario, podía inclinar la boina hacia atrás, hacia delante, hacia la izquierda o hacia la derecha. Los menos mañosos se ponían la boina con las dos manos, mientras que los resueltos se la colocaban con una sola mano, dándole siempre un vuelo delantero. Toda moda, por sencilla que sea, precisa ciertas habilidades.
La boina fue un elemento diferenciador a la vez que unificador de una sociedad inmersa en profundos cambios. Es más, en esos momentos la boina fue elemento representativo de los carlistas y prueba de ello fue la prohibición que se hizo de su uso. En 1838 convencidos de los males que causa su uso, por los carlistas, que solo tiende a la confusión y alarma, se decretó que se prohibiese su uso tanto a militares, como paisanos. El incumplimiento de estas medidas llevaría penas que oscilaban desde una multa, hasta la prisión. Con el tiempo, se vio que esta medida no tuvo efectividad y que la boina, además de difundirse como un elemento de la indumentaria, también pasó a convertirse en parte de los uniformes de diferentes cuerpos militares y policiales: Los Gudaris del Gobierno Vasco de la II República, el de los Miqueletes navarros o la Ertzaintza.
* Un factor a tener en cuenta de la generalización del uso de las boinas fue, la industrialización de su proceso de producción. Con los adelantos de las manufacturas textiles, se crearon importantes fábricas que se especializaron exclusivamente en su fabricación y que han pervivido hasta la actualidad. En Iparralde la mayor parte de las fábricas se situaban en torno a Oloron, mientras que en 1859 se fundó en Tolosa la Fábrica de Boinas Elósegui y, posteriormente en 1892, se instaló en Balmaseda la Fábrica de Boinas La Encartada, clausurada recientemente.
Con las nuevas técnicas de elaboración el costo de las boinas se redujo notablemente. La generalización de su uso fue tal que en la prensa era continua la publicidad de las fábricas de boinas.
También hubo diferenciación entre vizcaínos y guipuzcoanos a la hora de los gustos y fabricación: con el surgimiento del nacionalismo en el Bilbao, las boinas también adaptaron una nueva fisonomía. Los nacionalistas abogaban por el uso de boinas de vuelos más amplios. Estas boinas a las que, se les llamó bilbaínas alcanzaron una gran difusión por toda Vizcaya. Los tolosanos, gran conocedores de la fabricación y uso de las boinas, no dudaban en desaprobarla, puesto que en su opinión no le sentaba bien a cualquiera y, además, mantenían que las boinas bilbaínas no habían podidoprevalecer nunca sobre las tolosanas.
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