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Txistu-danbolina Euskal Herriko eskualde gehienetan erabiltzen
den tresna bikote berezia da. Batetik txistua, esku bakar batez -ezkerrez eskuarki- jotzen den flauta. Mokoduna, irekia eta hodiarenaz gainera, hiru zulo besterik ez duena. Hala ere, bi oktaba oso ematera iristen da tarteko kromatismo guztiez, baita azpitik bosteko nota sail grabea ere. Hau lortzen da armonikoen erabilpen sistematikoaz eta behatzen joku xehetuaren bitartez, zuloak hainbatetan gradualki hersten edo zabaltzen.
Bestetik, danbolina danbor txiki eta itxia da, atzekaldeko larruan bordoi bakarra izaten duena. Ezkerreko besotik eskegitzen da eta eskuineko eskuaz jotzen ziri izena ematen zaion makila fin bakarrez. Tresna bikote tankera hau ia mundu osoan eta bereziki Europan, tankera eta itxura desberdin askotan ezagutzen den Tambourin edo Flûte-tambourin delakoaren euskal aldaera da.
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Es natural de Euskadi . Se le llama en castellano chistu o chiflo, silbar. Es una flauta recta, antiguamente se utilizaba el ébano o boj. La parte baja se sujeta con el dedo anular a un anillo, dejando el dedo meñique para cerrar el extremo del tubo. Tiene una boquilla y el bloque de metal. Existen dos variantes del txistu: son la txirula, más pequeña y el silbote de mayor tamaño.
El txistu, tradicionalmente afinado en Fa sostenido y el txistu haundi (txistu grande) afinado en si natural (Intervalo de 5ª justa para mantener la cercanía tonal) también conocido como silbo bajo o silbote, son la flauta popular vasca y el instrumento más importante de la cultura tradicional de la región. Aunque procede de las de los juglares vascos, evolucionó con el uso de otros materiales para su construcción, los primeros de hueso, madera como ébano ó boj incluso fabricados en plástico, metal o ABS. Su gran cambio se debió a la incorporación de la boquilla metálica.
Se han encontrado de hueso, caña y maderas indígenas, aunque en la actualidad se fabrican con maderas más exóticas. Por la tradición escrita de los jesuítas, conocemos ejemplares del siglo XVIII, en esta época se aprecia que la distancia entre los agujeros era diferente a la actual.
Entre el siglo XVIII y XIX se intentó incorporar el txistu a los recitales de música de cámara, pero los avatares políticos acabaron prohibiendolo. En el siglo XX resurgió otra vez como parte de la manifestación de la cultura popular en el País Vasco.
Hoy no tiene nada que ver con los fabricados hace 30 años. Gracias a las investigaciones efectuadas por txistularis que han dedicado muchas horas al estudio de las cualidades sonoras y la modulación de las ondas creadas en el interior del tubo, se ha logrado averiguar que alargando el tubo en un seis por ciento se logra una afinación más natural (fa natural) y así puede ser integrado con más facilidad en obras con otros instrumentos de orquesta.
En el año 1927, se crea la primera Asociación de txistularis que fue capaz de concentrar a más de cien músicos interpretando diversas piezas en Arrate (Éibar). La virgen de Arrate es la patrona de los txistularis desde esta fecha.
El txistu es el instrumento que acompaña a las danzas, en romerías, y toda manifestación cultural. Incluso se están celebrando desde hace años conciertos que día a día muestran las tremendas posibilidades del instrumento.
El txistu es la más evolucionada de las flautas de tres agujeros.
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